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lunes, 31 de marzo de 2014

El Duelo como Proceso de Transformación.

El duelo es la etapa posterior a la pérdida de una persona por la que sentíamos un vínculo emocional, sea familiar, amigo, compañero, etc. Incluso también se aplica cuando hay “pérdidas sin muerte”, como son las rupturas o separaciones, y es un proceso natural y completamente necesario para reorganizarnos sentimental, cognitiva y socialmente, se trata de aceptar que la persona se ha ido y emprender un nuevo camino con dicha ausencia.

Sucede cuando perdemos una relación, un ser querido, la libertad, la patria, etc. Toda pérdida conlleva una ganancia y el duelo es el tránsito entre estas dos polaridades. Hay que identificarlo y aceptarlo sin llegar a eliminar nunca el sentimiento de ausencia que una muerte puede desencadenar, es fundamental monitorear  los síntomas que manifiesta nuestro cuerpo (gastritis, ansiedad, emociones negativas, etc.)

Un punto importante a tener en cuenta es diferenciar el duelo patológico (o duelo complicado) del duelo como un proceso natural de transformación, ya que el primero es una reacción más extrema que el proceso normal de luto. Cuando una persona sufre de duelo patológico, está controlada por un sentimiento poderoso y duradero de tristeza que no muestra señales de terminar nunca. Esta forma extrema de duelo causa un sufrimiento doloroso a largo plazo que puede tener un gran impacto en su vida. En estas ocasiones se hace necesaria la intervención de un psicólogo o psiquiatra para evaluar y tratar a esta persona.

Si lo enfocamos desde el punto de vista más duro y permanente, estaríamos hablando del duelo mirando los ojos de la muerte, que no es otra cosa que un escalón natural de nuestra propia existencia. Cuanto antes lo aceptemos, es más probable que más rápido sobrellevemos la muerte de una mejor manera, sin llegar a eliminar nunca el sentimiento de ausencia que una muerte puede desencadenar. Y un mensaje real y alentador que sugiero mantener en la mente es que la única muerte real es el olvido.  Pero también es cierto que la muerte es un misterio y eso hace más difícil el proceso del duelo, ya que nadie se ha regresado para decir si hay vida después de la muerte o si el espíritu de verdad se libera y se vive mejor en otro plano sin sufrimiento ni dolor, alguna vez escuche decir que la muerte es una vieja historia que siempre resulta nueva para alguien. Todo esto hace del duelo un proceso altamente impactante e impredecible.

Si tuviera que definir o enumerar las etapas del duelo en forma sencilla, lo haría de esta manera. Primero aclarando que son secuenciales, pero no todos pasamos por todas las etapas, y el orden y la duración de cada una también son alterables:

 
1.      Shock emocional: es sin duda un cambio drástico. De tener a no tener, de ver a no ver nunca más. El shock es una súbita e intensa perturbación del estado emocional que te puede dejar una sensación de aturdimiento o atontamiento.

2.      Negación: la negación incluye el que usted no reconoce que algo muy grave ha ocurrido o que no logra experimentar completamente la totalidad del evento. Usted se puede sentir temporalmente bloqueado o desconectado de la vida. Se necesita tiempo para asumir la pérdida. Para algunas personas será más tiempo que para otras, pero necesitamos darnos ese tiempo para hacernos a la idea de la ausencia.

3.      Depresión y tristeza: nos invade la tristeza, el sentimiento de soledad. El apoyo de los más cercanos es completamente necesario en esta etapa, ya que a veces incluye culpabilidad. El dolor es una emoción que surge como reflejo de una gran tristeza. La persona siente que pierde algo o a alguien que ha sido un referente en su vida y algo interno se “rompe”. Los patrones de sueño y de alimentación también pueden estar alterados, desatando una variación en la bioquímica del organismo que favorece los estados depresivos.

4.      Catarsis: comunique sus experiencias en cualquier forma en la que usted se sienta cómodo, tal como hablar con su familia o con amigos cercanos o llevar un diario, escribir sirve para drenar y aflorar los sentimientos, es necesario expresarlos, poder comentarlos con alguien, hablarlo. Necesitamos compartir nuestra experiencia, es también un modo de demostrar lo que sentimos por la persona fallecida.

Si no tiene familiares cercanos, averigüe sobre grupos de ayuda local, estos pueden ser especialmente útiles para personas con un sistema de apoyo personal limitado, pero tenga en cuenta que su sistema de apoyo típico puede estar debilitado si aquellos que están más cerca de usted también son partícipes del duelo.

Trate de encontrar grupos conducidos por profesionales con experiencia y entrenados apropiadamente. Los grupos de discusión pueden ayudar a la gente a darse cuenta que otros individuos en las mismas circunstancias tienen a menudo reacciones y emociones similares.

5.      Vacío: el Vacío como condición humana es el sentimiento generalizado de apatía, aburrimiento y alienación social, acompañado frecuentemente de melancolía, depresión, desesperanza, sentimiento agudo de soledad o desórdenes emocionales relacionados.

El sentimiento de vacío forma también parte del proceso natural del duelo, como resultado de la desaparición de un ser querido o algún cambio significativo.

6.      Decisión: permítase vivir el duelo de las pérdidas que usted ha experimentado. Trate de ser paciente con los cambios de sus estados emocionales. Pida ayuda a la gente que se preocupa por usted y quienes lo van a escuchar y a empatizar con su situación. Decida retomar las riendas de su vida.

7.      Aceptación: la vida no cesa porque se muera un ser querido. Es más, es muy probable, que a pesar de nuestro dolor intenso, de nuestras ganas de no vivir, habrá personas a nuestro alrededor que nos quieran “vivos” y que nos necesitan a su lado. Esta puede ser una buena razón para arrancar y seguir adelante. Hemos llegado al final del camino. Llevamos un tiempo sin la persona, han surgido nuevos planes, proyectos, actividades, etc. Le recordamos con añoranza, pero ya miramos la vida de otra forma.

 
El duelo es vital, es un proceso que nos transforma y nos hace crecer, en cierta forma nos hace más fuertes. No valoráramos la salud si no conociéramos la enfermedad. Lo mismo pasa con el duelo, a partir de él cambiamos y vemos la vida desde otra perspectiva. Sucede de una forma muy dura, sin lugar a dudas. Pero ¿en dónde crecemos más en las tristezas o en las alegrías?, en las tristezas sin duda alguna, de las lecciones más duras sacamos los mejores aprendizajes, crecemos y evolucionamos.

La invitación es a recordar a la persona. No hay que olvidarla, fue parte de nuestra vida, y deberá seguir siéndolo en nuestros recuerdos. Olvidar no facilita el seguir adelante, hay que recordar para asumir que se ha ido y que se debe seguir avanzando. Los ritos funerarios son consustanciales al trabajo de duelo siendo una de las condiciones de su posibilidad, regulan la angustia aportando una inscripción simbólica de la pérdida. Es otra forma de reconocer socialmente la muerte del ser querido, los demás te apoyan y comparten tu dolor. Son ritos necesarios desde el punto de vista del hombre como ser social. Cada uno expresará el dolor de una manera, pasará de unas fases a otras en distintos momentos, tenemos distintos caracteres, vínculos con el difunto, etc. Hay lugar para todos y el respeto siempre es la mejor opción.

Tenemos que tener bien presente que el tiempo es necesario para recuperarnos y que hay distintas formas de manifestar el dolor por la pérdida. Teniendo en cuenta estas dos cuestiones básicas, las demás claves surgen por sí mismas.

Mi última invitación en este artículo es a conectarte con las cosas maravillosas que te dejó esa persona, a nunca juzgarte por lo que hiciste o dejaste de hacer junto a ella o el, eran cosas que debían suceder, experiencias que tenían que vivir juntos, convérsale… él o ella sabrán escucharte y protegerte desde el lugar en el que se encuentre.

Deseo haya sido de gran ayuda para ti y puedas superar el duelo de la mejor manera, muchas gracias por tu atención y no olvides seguirme en Twitter: @CristinaFaneit para que te mantengas al tanto de los eventos que ofrezco y la información que comparto.
 

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